El pasado 23 de junio se celebró en nuestra localidad el XI Festival de Bandas. El Centro Cultural «Antonio Llorente» fue el indiscutible lugar para, tras el pasacalle, dar paso al Festival.
Acto que se abrió con la briosa actuación de la Banda Municipal de Mondéjar «Santa Mª Magdalena» (Guadalajara). Esta banda se fundó en el año 1983, por iniciativa de su ayuntamiento, siendo su alcalde Juan Jiménez Torres, actual presidente de la Banda. La iniciativa de su fundación obedeció a una arraigada tradición musical de varias décadas, generaciones de músicos sirvieron de simiente para el nacimiento y fortalecimiento de la joven Banda. Las últimas actuaciones destacadas han sido sus conciertos en Viena, París y en las fiestas patronales de Madrid. Desde el mes de junio de 2006 Francisco Guillén Gil es el director de la Banda, siendo a su vez profesor de la Escuela de Música de Meco.
Lo más sobresaliente de su actuación fue, a decir del público, Oregón de Jacob de Haan, este compositor de origen holandés es famoso por sus composiciones para películas y por las combinaciones de estilos, siento esta pieza la más exitosa de su carrera. La interpretación quede ella realizó la Banda fue ejemplar. Tras la actuación de los de Mondéjar, recogió el testigo la Banda Sinfónica de Colmenar Viejo (Madrid). Esta Banda nació en 1987 como asociación cultural que tiene entre sus objetivos una doble función: formativa y de difusión musical. A lo largo de los años, ha realizado más de doscientas actuaciones y conciertos, participando en diversos certámenes y manifestaciones culturales: musicales, religiosas, taurinas, etc. Realizando también grabaciones para radio y televisión.
Por unos instantes los avezados espectadores nos transportamos junto a Dante y Virgilio al mismísimo Infierno
Todo ello es posible gracias a una mejora constante de la calidad interpretativa y un repertorio amplio y diverso que abarca todo tipo de música: clásica, moderna y popular. Esta agrupación está compuesta por unos ochenta miembros que participan en las actividades propias de la Banda de manera estable. Su director, Miguel Ángel Grau Sapiña, dirigió de manera magistral La Divina Comedia de R.W. Smith. Por unos instantes los avezados espectadores nos transportamos junto a Dante y Virgilio al mismísimo Infierno, tal fue la inolvidable interpretación de esta Banda, sus ahogados pasos, las pesadas cadenas arrastradas por los condenados y, de allí, pasando por el Purgatorio la ascensión al Paraíso. Alto, muy alto dejaron el listón nuestros invitados, pero los de Meco no se amilanaron y comenzando con La Primitiva, a la que siguió Agua, azucarillos y aguardiente, para un final emocionante con Vasa. Francisco Molina Ormeño, director, había hecho ensayar duramente a los músicos esta pieza, no en vano es muy consciente de la complejidad de la misma. Esta obra tiene tres tiempos. Destaca el virtuosismo de las maderas con obstinados de semicorcheas; la sonoridad y empaste de los metales y la percusión, la cual está presente durante toda la obra y alcanza gran protagonismo y espectacularidad en los momentos culminantes de la misma. El himno de la Villa de Meco, interpretado por las tres bandas, fue el cierre de esta tarde de verano.