Mantener mis clientes y conseguir unos nuevos se ha convertido en el momento actual en una de las principales preocupaciones de las empresas. Antes también pero ahora con mayor motivo. Insistir en la calidad como elemento indispensable para la supervivencia de la empresa se torna en el momento actual en imprescindible.
Estas son siete reglas que llevan aparejadas una serie de preguntas que toda entidad debe responder con sinceridad.
1- La satisfacción de las necesidades del cliente. Razón de ser
¿Me preocupo por mis clientes?
¿Le doy toda la información necesaria?
¿Me anticipo a sus necesidades?
¿Podría mejorar el servicio que brindo al cliente?
2- Mi servicio o producto debe ser útil al cliente. Aportarle valor
¿Qué valores suponemos que les dan los clientes a nuestros servicios?
¿Qué podemos añadir nosotros al beneficio o al coste?
3- Ponernos en lugar del cliente
¿Nos ponemos en el lugar de nuestros clientes?
¿Miramos a través de sus ojos?
4- Al ofrecer un servicio a nuestros clientes, la interacción debe ser satisfactoria para ambos
¿Nos gratifica interactuar con nuestros clientes?
¿Damos algo más?
¿Ofrecemos soluciones?
5- Si el cliente percibe que el servicio no es el que él esperaba y nos encontramos con un cliente insatisfecho
¿Cómo tratamos a clientes insatisfechos?
¿Nos ponemos a la defensiva?
6- Las quejas de nuestros clientes son oportunidades de mejora
¿Valoramos la importancia de las quejas?
¿Las aceptamos de buen grado?
¿Las utilizamos para mejorar?
7- Cuándo un cliente tiene una reclamación que hacer
¿Le dedicamos el tiempo que se merece?
¿Le ofrecemos soluciones?
¿Le escuchamos activamente?
Es posible que no le lleven a obtener beneficios inmediatamente, pero sin duda, le ayudaran a conocer mejor a su cliente y la manera en que usted le presta su servicio o vende el producto.
Realmente creo que el utilizar las quejas como información valiosa de forma inmediatamente utilizable es la verdadera asignatura pendiente.
Tienes mucha razón Yoriento. Parece lógico lo de escuchar al cliente pero en muchos casos da la sensación de que no se hace o se hace rematadamente mal.