Hace un par de días recibí un correo de SM comentándome su propuesta para intentar deshacernos de la palabra crisis que inunda todo lo que leemos y oímos en los últimos tiempos. La intención no es otra que intentar ver las cosas en positivo sin por ello quitar un ápice de importancia a la delicada situación actual. Por tanto, no se trata de cerrar los ojos y decir aquello de, lo que no veo no existe, no. Para eso ya tenemos a los políticos y la Fe –en lo que sea-.
Lo cierto es que tras decir a SM que sí, que apoyaría la iniciativa, me surgieron algunas dudas, amén de que le sugerí la utilización de términos como: recesión, depresión o algo en positivo-socarrón, ajuste de crecimiento. Volviendo a mis dudas, me acorde de Harry Potter –Jarri para los amigos- y la palabra prohibida que por su puesto no utilizaban para referirse a algo que les causaba pavor. No mencionar el nombre del mago malo, que digo malo, malísimo, no conseguía que el miedo a su recuerdo desapareciera, pero lo utilizaban como remedio contra el daño físico y mental que les producía simplemente nombrarlo. Tras esta reflexión, me decidí a escribir por última vez –espero-, esa palabra que tú ya sabes.
Corto y pego el post de SM.
Seguro que conoces esa palabra… ¡Si, esa misma! …Tiene seis letras y actualmente está en boca de todos.
Es incluida de forma sistemática y casi obligada en cualquier conversación formal o informal, afectando el origen y el final de todas las conversaciones.
Aparece constantemente en las portadas de todos los diarios, e innumerables veces en sus páginas interiores.
Los telediarios y noticieros radiales no se cansan de repetirla, y los comentaristas la utilizan hasta la saciedad.
Está siendo catalogada como la culpable de todo lo malo que ha sucedido y que pueda suceder en la economía, en la sociedad, en el país y en el mundo.
Su influencia negativa nos está afectando inconscientemente, y el hecho de mencionarla y escucharla de forma continuada, nos está haciendo mucho daño tanto físico como mental.
Ya ha dejado de ser sólo una consecuencia y ha pasado a convertirse en una causa, así que su efecto es envolvente y repetitivo, y su ciclo actual parece no tener un final predecible en el corto plazo… en fin… que ya sabéis de cuál palabra estamos hablando ¿no?
Es difícil determinar con hechos cómo se ha visto afectada nuestra vida (salud, trabajo, relaciones, etc.) por culpa de esta palabra, y no sabemos hasta qué punto nos puede seguir afectando negativamente si continuamos recibiendo su perniciosa influencia.
Pero a pesar de lo anterior, podemos hacer algo útil para tratar de mitigar su impacto e intentar crear un poco de conciencia colectiva en ese sentido.
No se pretende ocultar la situación actual, sino más bien que decidamos por nosotros mismos si aceptamos (o no), que los medios nos sigan atacando y debilitando nuestra moral de forma irresponsable cada vez que mencionan esta palabra con el único fin de vender noticias.
Propongo no escribirla más, no mencionarla más y no escucharla más… y en su lugar (cuando sea absolutamente necesario) utilizar un eufemismo.
También propongo difundir el contenido de este artículo como una especie de campaña global, contribuyendo desde nuestros blogs a erradicar (en la medida de lo posible) el uso de esta palabra.
Es muy probable que si dejamos de mencionarla y publicarla como lo hemos hecho hasta ahora, podemos contribuir a reconvertir la situación tangible que la engendra, en una nueva situación menos pesimista y más positiva.
Si logramos alcanzar, aunque sea parcialmente, este objetivo; podremos centrarnos mejor, y dedicarnos de lleno a los aspectos que van a permitir solucionar de forma rápida y eficiente la situación que estamos viviendo y que tanto nos afecta por igual.
Por lo tanto, esa palabra, queda vedada y prohibida en este blog … ¿Te apuntas?
Si piensas que puedes ayudar con un granito de arena a cambiar las cosas, publica este texto en tu blog y únete a esta propuesta.
Nota: (aclaratoria para los más rebuscados) Esta entrada no tiene connotaciones políticas y sólo puede interpretarse como una forma de ser positivos frente a esta situación, ya que todos la estamos sufriendo. Tampoco pretende esconder lo que está pasando, ni negarlo con el hecho de no mencionar esta palabra…no es eso; más bien es tratar de cambiar el humor a la gente, mientras todos seguimos trabajando por salir lo antes posible de la palabra innombrable, eso es todo.
Gracias por el apoyo Enrique, ya sé que la iniciativa crea dudas, a mi también me surgieron, pero balanceando los pros y contras, creo que elegí la mejor opción.
Slds
SM
¡Ah! ¿Pero tú también has leído a Harry Potter?
Pues ya sabes… magia…
Hola SM,
“Siempre positivo nunca negativo” que decía un entrenador de fútbol.
Hola Pilar,
Je, je. Lo de Jarri tiene su historia. Tengo una hija hoy con 14 años. Hace mucho, mucho tiempo comencé a leer con ella Manolito Gafotas (todos los libros, uno tras otro) aprovechando un rato antes de dormirse. Tras Manolito -un fenómeno- comenzamos con Potter -Jarri para los amigos- y nos quedamos en el volumen tres o cuatro.
Entre uno y otro me quedo con Manolito, de casa y de Carabanchel Alto, no hay color.
Un saludo amigos.