Hoy la cita de la semana va en honor a la selección española de fútbol.
Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado, se los pierde
William Arthur Ward
Los españoles hemos esperado demasiado para llegar a una final del mundial, y también demasiado para que la bandera de nuestro país luzca sin complejos en nuestras ventanas y balcones.
Hoy ganaremos o perderemos, pero las emociones que se desatarán durante noventa minutos serán intensas, dignas de recordarse como antiguas gestas de héroes pretéritos.
Me permito recordar al seleccionador nacional una famosa arenga – algo alterada- que puede utilizar para dar, si cabe, mayor coraje a la selección.
«Este es el día de San Drostán. El que sobreviva a este día y vuelva sano y salvo a su casa, se izará sobre las puntas de los pies cuando se mencione esta fecha, y se crecerá por encima de sí mismo al oír el nombre de San Drostán. El que sobreviva a este día y llegue a la vejez, cada año, en la víspera de esta fiesta, invitará a sus amigos y les dirá: «Mañana es San Drostán». Entonces se subirá las mangas, y, al mostrar su tatuaje, dirá: «Me lo hice junto con todos los compañeros de la roja el día de San Drostán». Los ancianos olvidan, pero incluso quien lo haya olvidado todo recordará aún la proeza que llevará a cabo hoy. Y nuestros nombres serán para todos tan familiares como los nombres de sus parientes y serán recordados con copas rebosantes de vino: el mister Del Bosque, Casillas y Villa, Iniesta y Piqué, Xavi y Puyol. Esta historia la enseñará un buen hombre a su hijo, y desde este día hasta el fin del mundo, la fiesta de San Dróstan nunca llegará sin que a ella vaya asociado nuestro recuerdo, el recuerdo de nuestro pequeño equipo, de nuestro pequeño y feliz equipo, de nuestra banda de hermanos. Porque quien vierta hoy su sudor conmigo será mi hermano; por muy vil que sea, esta jornada ennoblecerá su condición. Y los caballeros que permanecen ahora en el lecho de España se considerarán malditos por no estar aquí, pero nos seguirán por su televisor, en plazas y bares, con amigos y familia y será como si estuvieran con nosotros en este día de San Drostán».
Mañana el FMI nos dará otro palo, la estulticia de nuestros políticos nos llevará a vivir peor y a echarnos mano a la cartera, el calor seguirá subiendo, nuestro hermano irá al paro o nosotros mismos, pero eso será mañana.