Perpetrado ya el retiro anual de lo 2.0 a la realidad, vuelvo a dar a la tecla con renovados bríos, no sin antes hacer un breve relato de mis andanzas por tierras asturianas, desposeído de móvil, portátil o tableta y sufriendo las ansias del poseído, que busca cualquier ocasión para rendir homenaje a su amo, Internet.
Separarte de lo cotidiano y en menos de 24 horas pasar del on al off line es necesario. Sustituir tableta y móvil por mochila y cayado, harto recomendable. Ahora, lo que te da una nueva perspectiva de las cosas es coger a tu familia y marchar al camino, no hace falta que sea el de Santiago, cualquier camino es bueno pues la meta no es el destino final, es el camino en sí, andado paso a paso disfrutando de la sensación de lentitud que produce el viaje a pie. Andar es un acto voluntario que requiere una implicación total y en la ruta consigues la sensación de independencia y libertad necesaria para apartarte de lo 2.0.
De la mano de Arawak volví por placer a Asturias –por trabajo he pasado más a menudo- tras más de veinte años de hacer el macizo central de los Picos de Europa con la casa en la mochila y en dura ruta, que hoy, no haría ni a lomo de burro, sin serio perjuicio para mi salud. Por todo ello la ruta elegida para hacer senderismo fue más plácida para un casi cincuentón, consumidor de luz eléctrica y aire en lata por obligación, e inmigrante digital por devoción.
La ruta por el mundo real comenzó recorriendo el Desfiladero de las Xanas que une los pueblos de Villanueva y Pedroveya por un abrupto camino cortado a pico sobre el río que recuerda al Cares, pero en menguado. En estos días he pasado también por Los Oscos, concretamente por los alrededores de Santa Eulalia, pateado la costa de Navia y disfrutado de una parte del Parque Natural de Somiedo. Una ruta costera que me llevó al Cabo de Peñas así como la vía verde de la Senda del Oso fueron el preludio al ascenso al Collado Beluenzu para luego descender por un bosque de hayas de los más bellos que recuerdo haber visto. Finalmente Gijón y su hermosa Playa de San Lorenzo anunciaron que los días de senderismo habían terminado y con ello la vida única en estado off line.
Si la ruta, a grandes rasgos, la comento en el párrafo anterior, las sensaciones hemos –toda la familia- intentado guardarlas en más de mil imágenes tomadas en un mundo de distintas tonalidades de verde con pizcas de azul –el mar- y algún retazo gris. No en vano, el único día que vimos la luz del sol desde el amanecer fue el día de vuelta a casa.
La experiencia ha sido muy gratificante para un homo digitalis. Mejor aún que una invitación para google+ el día de su lanzamiento. Desconecta y comenta tu experiencia off line durante estas vacaciones. Click!!