Recientemente se ha publicado en el BOE la aprobación, el pasado 28 de noviembre, de la Ley de garantía de la unidad de mercado, y a este respecto me gustaría recuperar un artículo que leí hace unas semanas: El Gobierno identifica 2.700 normas que obstaculizan el mercado único.
El Gobierno ha detectado unas 2.700 normativas, el 30% de ellas estatales (810) y el 70% autonómicas (1.890), que afectan a 29 sectores económicos y contienen trabas a la unidad de mercado o barreras para el ejercicio de la actividad empresarial, por lo que deberían modificarse (…) en un primer momento se identificaron 6.500 normas que impactan en la actividad empresarial. De ellas, 2.700 tienen un efecto “potencialmente perjudicial”, por lo que es necesario hacer proceso de “limpieza burocrática” (…) obstaculizan el libre acceso o el ejercicio de las actividades económicas. “…obstaculizan el libre acceso o el ejercicio de las actividades económicas”, lo dice el Sr. de Guindos.
Estamos normalizados por encima de nuestras posibilidades, es un hecho, pero, lo más triste del caso es que el 70% de esas normas son autonómicas
Estamos normalizados por encima de nuestras posibilidades, es un hecho, pero, lo más triste del caso es que el 70% de esas normas son autonómicas, España se ha convertido en una suerte de 17 chiringuitos que van a su “bola”, ya no es que esas normas obstaculicen el mercado único, es que esa normativa hace que abrir una empresa a nivel nacional, con representación en cada una de las 17 comunidades, sin leerse, al menos, 17 normativas autonómicas, y “adaptarse” a cada una de ellas sea un trabajo titánico.
Por poner un ejemplo, algo que es de sentido común, y parece que la Ley de Unidad de Mercado solventará, es que la obtención de una licencia en una comunidad autónoma, permitirá a la empresas operar en todo el territorio nacional.
Nada nuevo bajo el sol, lo peor del caso es que el sistema autonómico está mal diseñado desde sus inicios, los españoles deberíamos decidir si queremos 17 cantones (al estilo de Suiza) o estados (como en EEUU) o ser simplemente Españoles (y, por ende, europeos). Si de algo sirve que tengan que venir de la UEa sacarnos los colores, aunque triste, bienvenido sea.
Por cierto, hecho éste, el de sacarnos los colores, que se produce un día sí y otro también: The recent wide-ranging data revisions affecting both 2012 and 2013 further add to the uncertainty, complicating the interpretation of the budgetary execution data so far in the year.
… será a esto a lo que se refieren cuando dicen “Marca España”. El párrafo anterior es una anotación de los técnicos de la Comisión Europea en su informe del análisis del plan presupuestario español para 2014 (véase página 9, nota 8) de 15 de noviembre del corriente, básicamente vienen a decir que España ha hecho tantas revisiones que afectan a los años 2012 y 2013 que es muy “complicado interpretar los datos de ejecución presupuestaria”. Bruselas tampoco se cree que vayamos a cumplir el presupuesto de 2013, ni en la parte de los ingresos, ni la de gastos.
Bruselas explicitó que, aunque espera que finalmente se cumpla, aún hay riesgos de que no se alcance el objetivo de déficit de 2013, bien porque los ingresos no se disparen a finales de año tanto como pretende Hacienda, bien porque el gasto no se contenga al cierre del ejercicio, en especial el de las Comunidades Autónomas. (Fuente: Voxpopuli)
Por si esto fuera poco, no hace mucho nos sacaban también los colores con las estadísticas, al más puro estilo griego o argentino. (Por cierto, el informe inicial de los técnicos de Eurostat fue misteriosamente retirado y sustituido por otro).