Suelo mirar a mi alrededor en el metro o el autobús y más que sapiens sin duda lo que veo son smartphonus. No paran de mirar una pequeña caja con luz de la que de vez en cuando sale un cable directo a su cabeza que, tras dividirse en dos, entra por cada una de sus orejas. Con frenesí golpean con sus dedos la caja, objeto que mirar con profunda veneración, y que de vez en cuando, les hace brotar una sonrisa.
Extraños sujetos estos smartphonus, similares al homo sapiens iPhonediensis. Iguales en muchos aspectos, pero este, solo se alimentan de manzanas.
Ambos sujetos, a los que algunos llaman nativos digitales, han dejado atrás el periódico, la revista, y el libro… en papel. Buena parte de su vida fluye a través del smartphone. Se relacionan, informan, compran, venden, enamoran y hasta llegan a enfadarse con el aparatejo de marras. Su tiempo de atención a la lectura no llega más allá de los 140 caracteres y hoy, ni eso, un tal Tuiter reduce su atención a una imagen. Son los tiempos que vivimos y los sujetos que pueblan el lugar.
En breve se demostrará que la existencia del smartphonus es efímera, dentro de unos meses nuevos sujetos con capacidades superiores acabaran con los que no puedan adaptarse. Llega el homo iWatchapplensis.
[…] que actualmente vivimos en la época del homo smartphonus, se hace muy necesario que seamos conscientes de que el aparatejo que llevamos junto a nosotros las […]
[…] “la verdad” que nos dicen -machaconamente- única y consensuada, prescindir de todos esos aparatejos que nos acompañan y, en definitiva, ponérselo difícil a los que pretenden controlarnos pensando […]