Una encuesta llevada a cabo por Gallup en Estados Unidos muestra que casi el 50% de los trabajadores de este país, y probablemente más, están «renunciando en silencio» (Quiet Quitters) mientras están en el trabajo. «La tendencia hacia el abandono silencioso, la idea que se propaga de forma viral en las redes sociales de que millones de personas no van más allá en el trabajo y solo cumplen con la descripción de su trabajo, podría empeorar». Vamos, que la mitad de los trabajadores desempeñan su labor en una especie de día de la marmota en sesión continua, y que este día va a más y es contagioso.
Esta caída en el compromiso comenzó en la segunda mitad de 2021 y los investigadores la relacionan «con la claridad de las expectativas, las oportunidades de aprender y crecer, sentirse querido, y una conexión con la misión o el propósito de la organización, lo que indica una creciente desconexión entre los empleados y sus empleadores».
Lo que Gallup ha puesto de manifiesto es que alrededor de la mitad de los trabajadores estadounidenses están “desconectados”
Lo que Gallup ha puesto de manifiesto es que alrededor de la mitad de los trabajadores estadounidenses están “desconectados”, haciendo solo lo mínimo requerido en su trabajo. Solo el 32% está comprometido, y el 18% restante está activamente insatisfecho en el trabajo.
La pregunta inmediata que se me viene a la molondra es …. ¿Es posible que en Europa esté pasando lo mismo? En cualquier caso, o se alinean los intereses de empleados y empleadores o el futuro se planea muy incierto. Y abundando en el asunto, y a riesgo de que sufra mi neurona (solo me queda una, pero eso sí, gorda, muy gorda): ¿En algún momento has sido un quiet quitter? ¿qué sucedió para dejar de serlo?
Don Camilo decía (refiriéndose al legislador, cámbiese aquí por empleador): «que este tiene el deber de discurrir lo que fuere para que estas situaciones no lleguen a producirse, o de arbitrar el remedio para sanarlas cuando se hubieran producido ya». Añado de mi cosecha que también tiene obligación el empleado de hacer lo posible por salir de ese día de la marmota sin futuro y sin sentido, que estar desconectado de la labor no es digno de un profesional.
De necesaria lectura: La epidemia de ‘trabajadores desconectados’ de José Luis Zunni.