Comenzaremos respondiendo a la pegunta de ¿Qué es el SEO? SEO es la abreviatura de Search Engine Optimization, para entendernos, la optimización de nuestras páginas web para que los motores de búsqueda nos encuentren a la primera y, a ser posible, nos posicionen en los primeros puestos cuando alguien realice una búsqueda. Para ser más correctos tomaremos la siguiente definición: SEO es el conjunto de técnicas y estrategias centradas en optimizar el posicionamiento orgánico en buscadores de internet (Google, Bing, Baidu, Yahoo! o YouTube, por poner unos ejemplos), y en España, fundamentalmente Google.
El SEO es algo en continuo cambio (el dichoso algoritmo), lo que supone que tienes que hacer estupendamente las cosas para estar “bien posicionado” en los buscadores. Con el algoritmo RankBrain, Google es capaz de entender y descifrar la intención de búsqueda del usuario, que es en lo que tenemos que fijarnos cuando trabajamos el SEO de nuestra web. Tras muchos años trasteando con esto y adaptándote a los cambios, ahora entra en liza algo disruptivo, la Inteligencia Artificial (IA), de la mano de ChatGPT y en breve (cuando llegue a Europa), Bard. Y ahí es cuando está a punto de explotarte la cabeza y comienzas a cavilar sobre qué medidas tomar para que las páginas que gestionas mantengan o aumenten (puede ser una oportunidad) las visitas que reciben de los buscadores con estos nuevos esteroides que les aporta la IA.
La IA ¿ángel o demonio?
El tiempo lo dirá, de momento hay que tener en cuenta que, si la IA es capaz de responder con calidad a la búsqueda de información de una persona, sin salir de sus límites, es decir, sin hacer que visites una web, el SEO está condenado a la desaparición. Es posible que nuestra web solo reciba visitas de la IA para evaluar la calidad de nuestros posts y así decidir si son o no relevantes en sus respuestas. No recibiremos la visita de la persona que pregunta, cuando se conforme con lo que le da el buscador+IA. Sin duda en este caso Belcebú señoreará por esos pagos y nos condenará al averno.
El crecimiento de la IA en el SEO plantea también desafíos como el aumento de la complejidad en los algoritmos de búsqueda, lo que podría dificultar la optimización efectiva de los sitios web, toca arremangarse y estar al día.
La IA nos proporciona recomendaciones precisas sobre la optimización del contenido, palabras clave, una imagen de cabecera, temas a tratar, e incluso nos escribe el post
La IA también puede ser un ser de luz para los que andamos en esto del SEO. La IA ya nos proporciona recomendaciones precisas sobre la optimización del contenido y las palabras clave. Otra cosa es que creas a pies juntillas lo que dice, que, de momento en mi caso, es que no. La IA hoy es capaz de escribirte un post, eso sí, de medio pelo, sin alma, es como que le falta algo, imita, pero no crea, no tiene tu estilo. Por otro lado, la IA nos permite un ahorro significativo de esfuerzo y tiempo en nuestras tareas cotidianas.
En definitiva, este momento es apasionante, si hace cuatro días yo le decía a algún autor aquello de “tienes que escribir para que Google te encuentre y valore”, ahora yo tengo que trabajar, aprender y utilizar nuevas herramientas o evoluciones de estas, para saber cómo escribir para una IA que a cada paso se parece más al usuario de mi web (esto facilita el trabajo). Visto así, es lo mismo de siempre. Ahora trasteando con Jasper como antes con otras herramientas, o con Phrasee, que el email marketing es una pieza fundamental para el negocio.
Por último, solo queda medir tus actuaciones y valorar si vas por buen camino; como anécdota, recordar que los que usamos Analytics de Google ahora tenemos que vérnosla con Analytics 4 (GA4), un GA4 que hoy en día no nos muestra las visitas que vienen vía AMP; por cierto, AMP que Google nos “obligó” hace años a adoptar y ahora parece que no vamos a poder medir con su propia herramienta. Válgame, San Válgame. En fin, como decía el sabio, “nada permanece salvo el cambio”.
Y tú, si te dedicas al SEO ¿cómo lo llevas?