Es un placer anunciar el retorno de Pedro Baños después de enfrentar una enfermedad que, de alguna manera, ha transformado su enfoque y le ha otorgado una nueva perspectiva. Su regreso no solo es una buena noticia para aquellos que valoramos su agudo análisis geopolítico, sino que también trae consigo como nueva herramienta, los Podcast. El coronel utiliza ahora este medio para compartir sus reflexiones sobre una amplia gama de temas. Su capacidad para adaptarse y encontrar nuevas formas de comunicarse revela una resiliencia inspiradora. Personalmente, me complace sobremanera su restablecimiento, especialmente mientras enfrento mi propia batalla contra una enfermedad, que, aunque persistente, no ha logrado apagar mi espíritu. El regreso del coronel y su incursión en el mundo de los Podcast son un recordatorio de la fuerza transformadora que puede surgir de los desafíos personales. ¡Bienvenido coronel!
En esta nueva etapa traigo a mi humilde blog uno de sus primeros Podcast (lo puedes escuchar más abajo), en ese caso relacionado con la adicción a las plataformas digitales, algo que ya se veía venir de lejos. Aquí, el coronel, destaca que, al igual que existen adicciones a drogas, juegos, pornografía, trabajo, compras, azúcar, cafeína y bebidas energéticas, también hay una creciente adicción a las plataformas digitales. El coronel vincula esta adicción con la vigilancia, argumentando que las élites que dominan el mundo utilizan estas adicciones para mantener a las personas controladas en el ciberespacio.
Se estima que al menos el 2% de la juventud en países avanzados presenta síntomas serios de adicción a la tecnología, comparables a los producidos por drogas comunes. La frecuencia con la que consultamos nuestros dispositivos digitales, en promedio unas 100 veces al día, ha creado un hábito adictivo, comparable en intensidad a adicciones tradicionales como el alcohol y el tabaco.
La cibercondría, o la tendencia a buscar síntomas en internet ante cualquier dolencia, ilustra cómo la búsqueda constante de información en la red puede generar ansiedad y debilitar el estado de ánimo. La dependencia de las redes sociales, especialmente para verificar notificaciones y actualizaciones, contribuye a la sensación de estar constantemente conectados y controlados.
La «Instagram Manía» destaca cómo la comparación con las vidas aparentemente perfectas de los demás en plataformas como Instagram puede llevar a una percepción distorsionada de la propia existencia, contribuyendo a estados depresivos. La ilusión auditiva de recibir notificaciones revela cómo la mente puede percibir señales inexistentes cuando se trata de la adicción a los dispositivos digitales.
La «nomofobia», el miedo a estar sin el teléfono móvil refleja la obsesión por la información personal almacenada en estos dispositivos.
También existe un pánico a enviar mensajes con errores ortográficos, mostrando la presión social y el perfeccionismo asociados con la comunicación digital. La «selfitis» señala la tendencia a buscar validación y generar adicción a través de la publicación constante de fotos en redes sociales.
La personalización de estímulos y el uso de emociones buscan mantener a los usuarios atrapados en lo que se llama la «zona de la máquina»
La continuidad interminable de las redes sociales, impulsada por la reproducción automática de contenido, crea una zona de la máquina que atrapa a los usuarios en un ciclo adictivo. La manipulación de emociones y la creación de estímulos personalizados mantienen a los usuarios enganchados a estas plataformas.
La «zona de la máquina» describe cómo las redes sociales mantienen a los usuarios atrapados, similar a la ludopatía. La persuasión se basa en el principio de similitud, que busca empatizar con los usuarios y establecer conexiones emocionales para mantenerlos involucrados.
La adicción a las redes sociales afecta no solo a la vida digital, sino también al mundo físico, desconectándonos de la realidad. Aunque se reconoce el impacto negativo en la salud mental y el rendimiento escolar, se destaca la falta de medidas serias para abordar esta epidemia, especialmente en comparación con países como China y Corea del Sur.
La adicción a las redes sociales afecta no solo a la vida digital, sino también al mundo físico, desconectándonos de la realidad
La conclusión destaca la importancia de la conciencia sobre la adicción a las plataformas digitales, especialmente para las generaciones más jóvenes. Se aboga por la moderación y la reflexión, reconociendo que estos dispositivos no son inherentemente malos, pero pueden volverse perjudiciales cuando se abusa de ellos. Se enfatiza la necesidad de que los adultos den ejemplo y aconsejen a los más jóvenes, ya que la salud individual y colectiva está en juego.
En este emocionante retorno, Pedro Baños nos brinda una nueva dimensión de sus reflexiones a través de sus Podcasts. Celebrando su superación personal, te animo a sumergirte en este nuevo diálogo sonoro. Descubre las capas de sabiduría que el coronel comparte en cada episodio, ofreciendo una experiencia única que te invito a explorar.👇
Gracias compi. La verdad que nos tienen enganchados de alguna manera u otra aparte de tenernos controlados y manipulados con las páginas visitadas. Y encima ha crecido a pasos agigantados. ¿Dónde está el equilibrio de saber, conocer, estar al día sin engancharte, si cada vez te obligan más a entrar y comunicarte a través de la red? Como bueno diremos que tienes todo a golpe de click pero, eso también genera ansiedad e impaciencia.
Hola compañera. Quizás encontrar el equilibrio radica en abrazar lo analógico tanto como sea posible. Apagar el teléfono durante un fin de semana puede ser una terapia intensa, pero el mundo no colapsará. Aquellos de nosotros que ya peinamos canas experimentamos una época completamente analógica y éramos felices. Podemos intentar desconectar las notificaciones sonoras del teléfono para preservar momentos de tranquilidad. También podemos comprometernos a dedicar solo un tiempo específico a «consultar» el smartphone. Y, sobre todo, debemos cuestionar la veracidad de lo que escuchamos o vemos en estos dispositivos. Aunque la tarea sea un desafío, es crucial dar el primer paso por nuestra salud física y mental. Un afectuoso abrazo.