En los recovecos de la serena localidad madrileña de Meco, ha eclosionado un fenómeno digno de los cuentos más inverosímiles de la Navidad. En este pueblo, donde la vida transcurre plácidamente, se ha gestado una suerte de rebelión festiva que ha dejado perplejos a propios y extraños. Bajo el título sugerente de «Navidades Vecinales«, abreviado cariñosamente como NaVe, vecinos de Meco se han convertido en los protagonistas de un cuento navideño que rebasa los límites de lo convencional.
Todo este encantador relato de las Navidades Vecinales en Meco tuvo su génesis en la sencilla pero simpática idea de los buzones navideños que ya se venían poniendo en la calle Eslovenia de la localidad (grandes mis vecinos Eslovenomequeros). Como una llamada a la ilusión y los sueños, se animó a los niños de la localidad a plasmar sus deseos y alegrías en cartas que depositarían en tres lugares especiales: La Caja Mágica en la C/Fuente de Arriba núm. 13, El Buzón de los Sueños en C/Del Cristo núm. 8 y El Árbol de las Hadas en C/Eslovenia núm. 35. Cada carta, más que una simple misiva, representaba una chispa destinada a encender la magia de la temporada. Estos espectaculares buzones, guardianes de los anhelos de los más pequeños, fueron el punto de partida para un festín de creatividad y espíritu comunitario que transformó a Meco en un escenario único de celebración navideña.
El relato continúa con la aparición de belenes visitables, auténticas joyas artísticas que rivalizan con las creaciones de los maestros del arte sacro en cuanto a dedicación, oficio de los belenistas y amor a estas fiestas navideñas. El restaurante El Cobijo se erige como escenario principal, desplegando un espectáculo visual que asombra a quienes se aventuran a contemplar tan excepcionales nacimientos. La calle del Cristo, por su parte, se convierte en un santuario efímero donde mis paisanos han erigido otro belén que emana la esencia de la Navidad en cada detalle, en este caso un belén artesano gigante.
Pero eso no es todo; la gestoría LMS, con ingenio, ha dado vida a un belén único compuesto íntegramente por figuras de Playmobil. En este particular portal de Belén, los clics representan con destreza y encanto las figuras y personajes típicos de la tradición navideña. Una reinterpretación moderna que haría sonreír a cualquier aficionado a la mezcla de lo clásico con lo contemporáneo.
El 22 de diciembre, Meco celebró el galardón de MicroMeco II, un concurso de microrrelatos creado también por vecinos de esta localidad. En este concurso literario, donde las palabras se entrelazan con la magia de la pluma anónima, una ganadora destacó. En un acto cargado de camaradería, la merecedora del título fue premiada con una cesta navideña repleta de exquisiteces: jamón, turrones y todos aquellos aderezos que hacen de la Navidad una época aún más especial. Este pequeño rincón de la Comunidad de Madrid, no solo celebra las tradiciones, sino que también teje nuevas historias que engrandecen el espíritu comunitario en estas fechas tan entrañables.
Pero Meco no se conforma con ser testigo pasivo de estas festividades peculiares. La chocolatada, organizada con mimo y dedicación, se convierte en el epicentro de encuentros y risas compartidas. Vecinos de todas las edades se reúnen al calor de una taza humeante, rompiendo con la rutina y dejando que el espíritu navideño invada sus corazones.
La sorpresa no termina aquí. Los Hijos de Odín, auténticos heraldos de la fantasía sobre ruedas, protagonizan una visita motera que haría las delicias del mismísimo Papá Noel. Montados en sus impresionantes máquinas, estos moteros disfrazados de Santa Claus se dejaron ver por las calles, sembrando la alegría entre los más pequeños. Fotos de padres orgullosos inmortalizan momentos que perdurarán en la memoria de todos ellos.
La farmacia de Isabel González también se sumó a esta oda festiva. Los pequeños artistas del pueblo plasmaron en dibujos su visión única sobre la Navidad, exhibiendo su creatividad y contribuyendo a la magia colectiva que envuelve Meco en estas fechas tan especiales.
Pero la genialidad de las Navidades Vecinales alcanza su cénit en la peculiar búsqueda de piedras de colores y aquellas donde figura un gato dibujado con maestría por un vecino en varias piedras distribuidas por el parque de la Dehesa. Los niños -y sus padres-, enfrascados en esta búsqueda tan original como entrañable, intercambian sus hallazgos por regalos, creando una experiencia que fusiona la magia de lo inesperado con la simpleza de la tradición. Aquí mi reconocimiento a Comunidad Ronronea, por su excelente labor para con los gatucos.
En esta narrativa navideña, Meco se convierte en un lienzo donde los vecinos se erigen en protagonistas de una historia que rebasa los límites de lo convencional. Las Navidades Vecinales, orquestadas por manos anónimas, revelan que la verdadera magia de la Navidad no reside en los grandes eventos, sino en la capacidad de una comunidad para reinventar sus tradiciones y celebrar juntos la alegría del presente.
Y así, con la promesa de futuras Navidades Vecinales que se aventuran a superar la genialidad de la actual, Meco se erige como un ejemplo de cómo la sencillez y la creatividad pueden transformar un rincón apacible en un escenario donde la comunidad se convierte en artífice de su propia tradición navideña.
Qué bien que la vecindad apueste por la creatividad y la participación en beneficio de todos. No sé si el ayuntamiento participa si no tendría que colaborar en estos actos ya que la unión hace la fuerza y me parece una iniciativa loable en beneficio de todos los Mequeños.
FELIZ AÑO NUEVO
El ayuntamiento simplemente reserva un metro cuadrado en la calle para colocar uno de los buzones (no sé si es así en el resto de casos), y ahí termina su participación. Me doy por satisfecho siempre y cuando no cause obstáculos. El resto queda en manos de mis vecinos. Personalmente, encuentro más satisfactorio que toda esta situación surja del amor de algunos de mis paisanos hacia estas festividades. El ayuntamiento por su parte ya ha previsto los eventos que ha considerado oportuno. ¡Feliz 2024, carajo!
PD: No semos Mequeños, semos mequeros.