El año transcurrido, el fatídico 2023, se erige como un sombrío capítulo en la vida de este humilde escribano del verbo. Atrapado en las garras de una dolencia implacable que se aferró a mí como el can del vecino que, una vez que muerde, no suelta presa. Así ha sido mi penar, un largo calvario que aún no ha hallado su fin.
Sin embargo, entre las sombras de mi infortunio, un rayo de luz se asoma en la forma de un amigo que, con su interrogante, aviva recuerdos de un PDF que, vagamente, me resultaba familiar, aquel que el Colegio de Geólogos lanzó en aquellos días nefastos. Tras una breve búsqueda, encuentro el documento y hoy lo comparto en mi modesto rincón virtual, en aras de brindar ayuda a otros amigos del mundo de las ciencias geológicas que puedan encontrar en él un útil recurso.
Bajo el título «Estudios Geotécnicos según CTE (2023)», se revela un compendio que arroja luz sobre la imprescindible travesía de los estudios geotécnicos en el erigir de estructuras, delineando con minuciosidad las directrices y consejos consagrados en el Código Técnico de la Edificación (CTE). Enfatizando que cualquier inmueble destinado al cobijo humano se halla sujeto al dictamen de la Ley de Ordenación de la Edificación (LOE) y, por ende, al CTE, resalta la importancia trascendental de estos estudios en el arduo itinerario del diseño y la edificación de estructuras seguras y funcionales.
Grandes mis compañeros del País Vasco, artífices de la redacción de este documento
Dentro del marco normativo, se acentúa la preceptiva de que la indagación geotécnica sea gestada por una mente sagaz, un/a geólogo/a experto/a en la materia, quien debe edificar sus cimientos sobre la información legada por el proyectista respecto a las peculiaridades edificatorias y el conocimiento preexistente del terreno, todo ello al momento de concebir el plan de acción. De esta manera, se garantiza una evaluación cabal de los riesgos geotécnicos y un trazado eficaz de las cimentaciones y sistemas de contención del terreno, auténticos baluartes de la estabilidad y seguridad de la edificación.
En lo concerniente a los requerimientos de un estudio geotécnico, se subraya que el informe ha de consignar antecedentes, datos recolectados durante la investigación, distribución de unidades geotécnicas, niveles freáticos, parámetros geotécnicos para cálculos y coeficientes sísmicos a considerar. Se prescribe la detallada descripción de las unidades geotécnicas presentes en el terreno, siguiendo los preceptos plasmados en el Documento Básico SE-C. Además, se reclama la inclusión de perfiles geológicos longitudinales y transversales, así como conclusiones que aporten alternativas de cimentación y contención del terreno, elemento crucial para una toma de decisiones informada en la gestación y construcción de proyectos.
El texto también aborda la trascendencia de la cartografía geológico-geotécnica como herramienta de planificación y análisis, esencial para la disposición eficiente de los elementos de investigación. Se alega la necesidad impostergable de profundizar en el estudio geomecánico y la caracterización de los macizos rocosos, aspectos aún no del todo desarrollados en el código actual. Estos avances se erigen como pilares fundamentales para una mejor comprensión del comportamiento del terreno y la optimización de las soluciones geotécnicas en los proyectos edificatorios.
Para el redactor del estudio geotécnico, resulta crucial proveer toda la información necesaria para el dimensionamiento de la cimentación del edificio, la definición de las solicitaciones de los elementos en contacto con el terreno y las actividades de construcción. Debe tenerse en cuenta las particularidades del edificio, la urbanización y el área de influencia, incluyendo datos como la cota prevista de la solera, número de plantas, secciones del edificio, planta taquimétrica de la parcela y límites del terreno involucrado en la obra. Esta información detallada contribuye a una planificación precisa y eficiente de las obras geotécnicas necesarias para la construcción.
En relación con la capacidad de extrapolar la información geotécnica, se señala que esta se ve mermada en función de la complejidad del terreno y el tipo de edificación, con valores que oscilan entre 1000 m² y 250 m². Se resalta que el código proporciona valores de orientación y define métodos más precisos para estimar la profundidad de la investigación geotécnica, lo que permite una evaluación más exacta de las características del terreno y una selección adecuada de las técnicas de investigación a emplear.
En síntesis, el texto pone en relieve la transcendencia de los estudios geotécnicos en la edificación, subrayando la necesidad imperante de cumplir con las normativas establecidas en el CTE para salvaguardar la seguridad y solidez de las estructuras. Se recalca la colaboración entre geólogos expertos en geotecnia y proyectistas para llevar a cabo campañas de investigación efectivas y redactar informes geotécnicos integrales que posibiliten una correcta planificación y ejecución de los proyectos edificatorios. La aplicación de las recomendaciones y normativas establecidas en el CTE abona al mejoramiento de la calidad y seguridad de las edificaciones, asegurando un entorno construido sostenible y funcional para la sociedad.
No queda otra opción, camarada, que emprender la descarga de este documento y poner en práctica todas las recomendaciones que en él se esgrimen.