Hoy traigo una lectura que dista mucho de ser un mero pasatiempo veraniego. «La derrota de Occidente», el último trabajo del antropólogo, historiador y ensayista francés Emmanuel Todd, es una obra que exige toda nuestra atención y un esfuerzo intelectual, siquiera mínimo, para sacarle todo el jugo a la obra. Todd, conocido por su aguda visión crítica, nos presenta un panorama desolador pero necesario sobre el ocaso de las democracias occidentales y su implicación en la geopolítica mundial. Este libro no es un tinto de verano; es un análisis profundo que debemos desmenuzar con detenimiento para comprender las complejas dinámicas que nos rodean.

Emmanuel Todd: Un visionario crítico de la decadencia occidental

Emmanuel Todd no es un desconocido en el ámbito de la crítica social y política. Ya en «Después del imperio» (2002) y «Después de la democracia» (2010), nos advertía sobre los signos de la decadencia occidental. En «La derrota de Occidente» (2024), Todd continúa y amplía estas reflexiones, abordando la crisis terminal de Estados Unidos y su impacto en el equilibrio global.

El libro comienza con una afirmación contundente: «Occidente se está destruyendo a sí mismo». Todd argumenta que la actual crisis geopolítica tiene sus raíces en la incapacidad de las democracias occidentales para adaptarse a un mundo cambiante. La caída del Muro de Berlín y la posterior disolución de la Unión Soviética marcaron el inicio de una nueva era, pero Occidente, en lugar de consolidar su hegemonía, comenzó a tambalearse.

«Occidente se está destruyendo a sí mismo»

Emmanuel Todd

La crisis de Estados Unidos y el declive de Europa

Todd sostiene que Estados Unidos, en particular, se encuentra en una crisis terminal que pone en peligro la estabilidad mundial. Esta crisis no es solo económica, sino también social y política. Las fracturas internas y la polarización extrema han debilitado a una nación que una vez fue vista como el faro de la democracia y el progreso. Europa y el Reino Unido no están exentos de esta decadencia. El Brexit y la respuesta europea a la guerra en Ucrania son, según Todd, pruebas irrefutables de una desorientación generalizada.

La cohesión social y la hostilidad hacia el otro

La obra de Todd es un llamamiento a la reflexión sobre nuestras propias sociedades. Nos insta a reconocer que la hostilidad hacia el «otro» es lo que ha mantenido la cohesión interna de las naciones. Sin un enemigo externo claro, las democracias occidentales parecen haber perdido su rumbo. Todd cita a Adam Ferguson para subrayar este punto: «Si ya no reconoces la existencia de un otro legítimo, tú mismo dejas de existir».

Rusia, en contraste, ha mantenido su fuerza al pensar en términos de soberanía y reconocimiento de fuerzas hostiles. Esta capacidad para identificar y enfrentarse a un adversario ha garantizado su cohesión social y su posición en el escenario mundial. Todd no es un radical pesimista, pero advierte que la crisis occidental ha sido el motor de la historia reciente y que, al final de esta guerra, nadie podrá negarlo.

Transformaciones demográficas y sociales en Occidente

El análisis de Todd no se limita a la geopolítica. También examina las transformaciones demográficas y sociales que afectan a Occidente. La caída de las tasas de natalidad, el envejecimiento de la población y las migraciones masivas están creando tensiones internas que erosionan la cohesión social. Estas dinámicas, combinadas con la creciente desigualdad económica, están llevando, más pronto que tarde, a nuestras sociedades al colapso.

Un enfoque interdisciplinar

Uno de los aspectos más destacados del libro es la habilidad de Todd para combinar datos demográficos, económicos y sociales en un análisis coherente y persuasivo. Nos presenta un cuadro completo y alarmante de las tendencias que están moldeando nuestro futuro. Este enfoque interdisciplinar es una de las grandes fortalezas de la obra y proporciona una comprensión profunda de los desafíos a los que nos enfrentamos.

Vivimos tiempos convulsos

Vivimos tiempos convulsos, queridos lectores. Las guerras en Ucrania y Gaza, así como en otros rincones de este planeta, nos muestran un mundo en constante conflicto donde la sombra de Caín siempre vaga errante. La atomización de las sociedades es palpable; basta con observar las revueltas en Reino Unido. Las tensiones entre Irán e Israel no hacen más que aumentar, mientras Occidente, medio pensionista o pensionista del todo, se desmorona sin rumbo, sin valores, sin saber quién es. Sin duda, en esta encrucijada, podemos decir de Occidente aquello de: Paso firme, espalda recta y mirada al frente. Que no se note que no tenemos ni puta idea de a donde vamos.

Asistimos espantados al espectáculo de una política cada vez más nociva y desprestigiada por una casta gobernante que menoscaba libertades, fomenta la censura, fiscaliza nuestra vida, envenena la historia y nos dice que podemos ser hombres, mujeres o avutardas, qué más da -«…la genética nos dice que no se puede transformar a un hombre en una mujer, y viceversa. Pretender hacerlo es afirmar algo falso«. Transformarnos en avutarda ya es un acto intelectual de un nihilismo desmedido-. Los medios de comunicación se venden al mejor postor, ajustando la noticia a los intereses del pagador; las redes sociales adocenan a las personas, las compartimentan y les dan aquello que quieren oír, para luego vender esos compartimentos.

La verdad no existe; se retuerce, se moldea y se crea una nueva verdad. La inmigración desbocada y sin control campa por toda Europa, cuestionando los pocos valores que pueden quedar en Occidente e intentando sustituirlos por los propios. La democracia, la libertad religiosa, la libertad de pensamiento, la igualdad entre mujeres y hombres, el respeto a la orientación sexual, debieran ser principios innegociables que deberían ser aceptados por todos los que vengan, pero… Vivimos en un Occidente que considera que cada necesidad genera un derecho, pues, como en una ensoñación, no existen obligaciones. Y qué decir de Venezuela, fuerza a todos los venezolanos. En fin, se puede seguir, pero es una completa locura.

Europa se encuentra inmersa en una guerra profundamente contraria a sus intereses y autodestructiva

Emmanuel Todd

En este contexto, la obra de Todd puede servirnos como guía en este mundo terriblemente complejo. Nos ofrece una perspectiva crítica y bien fundamentada sobre las dinámicas que están llevando a nuestra sociedad al abismo.

La verdadera historia de los años 1990-2022

En el tramo final de su libro, Todd nos sumerge en lo que denomina la verdadera historia de los años 1990 a 2022. Con un ojo clínico y una prosa afilada, nos brinda un repaso meticuloso y crítico de los eventos más trascendentales de estas décadas, desentrañando las intrincadas dinámicas y las fuerzas soterradas que han esculpido nuestro presente. Desde la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética, pasando por los conflictos bélicos en el Medio Oriente, hasta la debacle financiera de 2008 y el ascenso del populismo en Occidente, Todd disecciona cómo estos y otros episodios han abonado el terreno para el deterioro de las democracias occidentales. Su análisis nos urge no solo a reevaluar nuestra percepción de las últimas décadas, sino también a una introspección profunda sobre las decisiones políticas y sociales que nos han conducido a este punto crítico.


Desgraciadamente no puedo invitaros a abordar «La derrota de Occidente» con la ligereza de una lectura estival. Este libro merece toda nuestra atención. Todd nos desafía a cuestionar nuestras suposiciones y a enfrentarnos a las realidades incómodas de nuestro tiempo. Nos muestra que la decadencia de Occidente no es inevitable, pero requiere un esfuerzo consciente para revertir las tendencias actuales. No es un libro para pasar el rato, sino para reflexionar, debatir y, sobre todo, para actuar. En nuestras manos está el futuro de Occidente. Que la lectura os inspire y os motive a ser parte del cambio necesario.

Enmascarados y despersonalizados, estos individuos marchan hacia el vacío, simbolizando la decadencia de una sociedad occidental que ha perdido su identidad.
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Enrique Pampliega
Desde hace más de 30 años ha estado ligado y promoviendo actividades relacionando la geología y geociencias con los recursos electrónicos, internet y las redes sociales y científicas. Jefe de administración del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) desde el año 1990. En 1991-1996 Relaciones públicas y posteriormente responsable de marketing de la revista Tierra y Tecnología del ICOG. En 1993-1996 dirigió la publicación “El Geólogo” y en 1997 fundó “El Geólogo Electrónico”. Coordinador de las ediciones I a III del GEA-CD (recopilación y difusión de software para docentes y profesionales de las ciencias de la tierra y el medio ambiente en formato CD-ROM) entre los años 1996 a 1998. Colabora con la ONG Geólogos del Mundo creando su intranet y poniendo en marcha su página web institucional. Desde el año 2000 es responsable de calidad del ICOG (ISO 9001). Ha sido ponente en distintos eventos organizados por Unión Profesional y Unión Interprofesional de la Comunidad de Madrid, sobre la calidad aplicada al sector colegial. Asimismo, ha impartido charlas sobre búsqueda de empleo y redes sociales en el ICOG, Unión Profesional y Universidad Complutense. En 2005 implanta el visado electrónico de proyectos en el ICOG. En el ámbito de las webs y redes científicas, es Community manager del ICOG. Webmaster de la revista Tierra y Tecnología, de la página institucional del ICOG, de la Escuela de Geología Profesional, de la Red Española de Planetología y Astrobiología y de la International Association for Geoethics. Delegado de protección de datos del ICOG desde el año 2018. Experto en digitalización del sector de colegios profesionales ha sido ponente en el taller virtual sobre la "Transformación Digital del Sistema Colegial", organizado por Unión Profesional y Wolters Kluwer en 2020. Ha sido distinguido como Geólogo de Honor por la Asamblea General del ICOG el 15 de abril de 2023. En 2003 crea el “Blog de epampliega” un espacio personal que pasaría en 2008 a llamarse “Un Mundo Complejo” donde trata temas de: economía, redes sociales, innovación, sociedad, etc.

3 COMENTARIOS

  1. Me gustaron los libros anteriores de Todd, pero este me ha decepcionado porque patina sin cesar. Por ejemplo: El calvinismo y la ética de predestinación nada tienen que ver con el capitalismo. Todo lo contrario, si crees que estas predestinado, no tiene sentido esforzarse ni preocuparse por la vida material.
    Pero lo que mas me chirria es su análisis claramente pro ruso sobre la guerra de Ucrania. Todd pronosticó acertadamente el colapso de la URSS pero ahora parece enamorado de la Rusia de Putin, y no da ni una cuando trata el tema. Sus tesos parecen muchas veces sacadas de la propaganda puntinista.
    Lo cierto es que Occidente esta en crisis perpetua desde el Renacimiento, el descubrimiento de América, el protestantismo, el absolutismo, la Ilustración, la Revolución Industrial, la Revolución Francesa, la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría, la crisis del petróleo de 1973, el ecologismo, el feminismo, el laicismo…… ¿Me dejo algo? Probablemente si, pero da igual. la civilización occidental ha estado en ‘decadencia’ permanente durante los cinco y siglos y medio que ha durado su existencia, porque esa ‘decadencia’ es un proceso de transformación y reforma que en realidad la vuelve cada vez mas poderosa.

  2. «Juan José, entiendo tu punto sobre la crisis histórica en Europa, pero hay un factor que transforma el panorama: la tecnología. Aunque EE.UU. sigue liderando el juego, China comienza a ganarle terreno, forjando alianzas estratégicas con los BRICS, respaldada por Rusia como aliado, su brazo derecho o mejor dicho, «brazo de hierro». Oriente parece destinado a emerger, y EE.UU. y Europa tendrán que ceder su influencia, idealmente con una estrategia anticipada. Sin embargo, con las debilidades de la generación actual, remontar se ve difícil y, quizá, inevitablemente tardío.»

    • China prosperó mientras fue gobernada por una ‘dictablanda’ ejercida de manera colegiada por el conjunto del circulo interno del partido (que ya NO es comunista, aunque se siga llamando asi, a falta de un nombre mejor) Esta dictablanda colegiada, donde el líder supremo era únicamente un primero entre iguales, y gobernaban por tiempo limitado, estaba bastante descentralizada, y las autoridades locales disponían de amplio margen de maniobra para experimentar reformas que luego eran incorporadas a nivel nacional si salían bien.
      Ahora, bajo Xi, China ha vuelto a una dictadura pura y MUY dura, personal, vitalicia, altamente centralizada, con los mandos locales atados muy en corto y con una censura cada vez mas draconiana. Eso va a frenar el avance tecnológico chino y en una generación, se verán los resultados perniciosos.
      Y otro punto débil de China es que ni forja alianzas ni tiene una verdadera política exterior. Durante miles de años, los chinos solo han entendido las relaciones exteriores como una dualidad de opuestos: los barbaros pagan tributos al imperio, o lo invaden. Por eso Xi no forja alianzas. Paises como Rusia, Corea del Norte, Pakistán o Birmania no son aliados, sino vasallos o complices, pero nunca hay alianzas como tales, con compromisos mutuos.

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