Hace unos cuantos veranos, Alaska nos advertía del «Horror en el Hipermercado«, esa canción que hablaba de sucesos rarunos entre los pasillos. Pero como bien sabemos, en este país nuestro, siempre dispuestos a darle la vuelta a la tortilla, ahora nos encontramos con que esos mismos pasillos son escenario del romance más peculiar. Todo comenzó con un vídeo en TikTok, el vídeo que tienes más abajo.

@yosoyvivylin

¿Lo sabíais? 🤣🤣🤣🤣 // Muero con las cosas de mi @Carla Alarcón Román

♬ Quirky Suspenseful Indie-Comedy(1115050) – Kenji Ueda

Bajo un sol abrasador que derrite hasta las ideas más cuerdas, los solteros -ahora los llaman singles-, divorciados, separados, viudos, casados descontrolados y otras hierbas, han encontrado en Mercadona su nueva plaza en la que ejecutar sus más arteras dotes de seducción. Y es que, queridos, lo que hace un par de décadas era un lugar donde los padres arrastraban a sus hijos que pataleaban entre los carritos, hoy es terreno fértil para la seducción. Pero no cualquiera, ojo, que aquí no se trata de ir a comprar el pan y de paso hacer ojitos. No, aquí la cosa es más fina: una piña bien colocada en el carrito y un paseo decidido por la sección de vinos. Ahora lo que se lleva es el flirteo entre estanterías, buscando el amor entre la charcutería y la frutería.

Entre las 19:00 y las 20:00, Mercadona se transforma en un ruedo donde la seducción se pasea entre piñas y botellas de vino. Es la hora feliz, pero no de cañas, sino de caza. Así que afila tus armas y prepárate, porque en esos sesenta minutos, el amor anda suelto entre las estanterías.

Ya no se va al bar ni se desliza el dedo por Tinder, que eso es cosa de gente viejuna que no está al día. Ahora, el cortejo se hace en el hipermercado, con las luces frías y los altavoces anunciando ofertas. Y si te topas con una paisana -o paisano, tú decides- que lleva una piña en el carrito, pues ahí está la señal de que puede haber un «match». Es tan absurdo como suena, pero así es este verano de desvaríos.

Entre las 19:00 y las 20:00, Mercadona se transforma en un ruedo donde la seducción se pasea entre piñas y botellas de vino

Claro que, seamos honestos, no por pasarte, así, a pelo, por el Mercadona en la hora feliz vas a ligar, no hombre. Antes de lanzarte a la arena, asegúrate de cumplir con el ritual: una buena ducha que te deje más fresco que una lechuga, un golpetazo de perfume, ropa limpia y planchada que no deje dudas de tus intenciones, y esas gafas oscuras que te dan un aire de carisma y misterio. Porque aquí no hay rival pequeño, y la competencia en esos pasillos está más reñida que en la sección de ofertas.

Y ojo, que las piñas no son la única señal en este peculiar juego de seducción. El contenido del carrito habla, y mucho. Si lo tuyo es algo ligero, sin compromisos, lo correcto es llenar el carro de ensaladas. Ahora, si ves que empieza a meter chocolate o algo muy dulce, ya sabes que lo que busca es una noche loca y poco más. Si el carro va vacío, se está «a lo que surja». Pero si entre las latas aparece alguna que otra legumbre envasada, ya puedes estar seguro de que lo que se está cocinando es una relación más estable, de esas que requieren cocción lenta y a fuego bajo.

Y aunque yo ya soy un viejuno y me quedé en aquella canción de Gabinete Caligari, «El calor del amor en un bar», cuando aquello de la seducción se hacía de otra manera, recuerdo a un amigo que se compró un perro para ligar con la vecina del quinto que sacaba al suyo a las seis de la mañana. Ahí estaba Juan Antonio, que no había madrugado en su puta vida, levantándose a las cinco y media para pasear a un perro que abultaba menos que un gato. Lo cierto es que consiguió lo que pretendía. Ahora, otra vez solo, se ha quedado con dos perros: su chucho enano y el San Bernardo de la vecina. Y es que estas cosas de la seducción, con sus giros inesperados, ya las comentaba yo en este blog hace años.

Lo que hace unos años era «Horror en el Hipermercado» se ha convertido en «Amor en el Hipermercado». Y es que cuando el sol aprieta y la cabeza se nos cuece, estas ocurrencias no solo nos arrancan una sonrisa, sino que también nos recuerdan que, en el fondo, todos buscamos un poco de diversión en los lugares más insospechados. ¡Ah, el verano! Ese momento del año en que hasta lo más absurdo se vuelve irresistible. Así que la próxima vez que vayas a por gazpacho al Mercadona, no te olvides de la piña, que nunca se sabe…

Cuando el sol aprieta y la cabeza se nos cuece, estas ocurrencias nos arrancan una sonrisa

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Enrique Pampliega
Con más de tres décadas dedicadas a integrar la geología con las tecnologías digitales, he desempeñado múltiples funciones en el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) desde 1990. Mi trayectoria incluye roles como jefe de administración, responsable de marketing y calidad, community manager y delegado de protección de datos. He liderado publicaciones como El Geólogo y El Geólogo Electrónico, y he gestionado proyectos digitales innovadores, como la implementación del visado electrónico, la creación de sitios web para el ICOG, la ONG Geólogos del Mundo y la Red Española de Planetología y Astrobiología, ente otros. También fui coordinación del GEA-CD (1996-1998), una recopilación y difusión de software en CD-ROM para docentes y profesionales de las ciencias de la Tierra y el medio ambiente. Además de mi labor en el ICOG, he participado como ponente en eventos organizados por Unión Profesional y la Unión Interprofesional de la Comunidad de Madrid, abordando temas como la calidad en el ámbito colegial o la digitalización en el sector. También he impartido charlas sobre búsqueda de empleo y el uso de redes sociales en instituciones como la Universidad Complutense o el Colegio de Caminos de Madrid. En 2003, inicié el Blog de epampliega, que en 2008 evolucionó a Un Mundo Complejo. Este espacio personal se ha consolidado como una plataforma donde exploro una amplia gama de temas, incluyendo geología, economía, redes sociales, innovación y geopolítica. Mi compromiso con la comunidad geológica fue reconocido en 2023, cuando la Asamblea General del ICOG me distinguió como Geólogo de Honor. En 2025 comienzo una colaboración mensual con una tribuna de actualidad en la revista OP Machinery.

6 COMENTARIOS

  1. Jajaja, Preparando estoy mi outfit porque está tarde me toca Mercadona. Gracias por apuntillar la hora y el producto principal «la piña» que aunque no me guste la compro.
    Un abrazo gigante compi

    • ¡Jajaja! Me alegra saber que te has tomado en serio la misión «Mercadona». Aunque no te guste la piña, piensa que es el accesorio clave del outfit seductor de esta temporada. No te olvides de dar un par de vueltas por la sección de vinos, y quién sabe, igual encuentras algo más interesante que un buen Ribera. ¡Un abrazo gigante y suerte en la caza, compa! 🍍😉

  2. Jajajaja… Amigo, desde que cumplí los 40, siempre he pensado que conocería al amor de mi vida en el super o algo así.. ahora que lo veo posible, iré a comprar al mediodía jajaja… buenísima tu narrativa 😂😂😂😉😎

    • ¡Jajaja, Gema! Aprecio tu entusiasmo, pero si vas al mediodía, lo único que vas a encontrar es gente haciendo la compra con prisas y sudando la gota gorda. La hora clave para ligar es de 19:00 a 20:00, ahí es donde el verdadero «mercado» se pone interesante. Así que ajusta tu agenda, porque al mediodía no te vas a «comer una rosca».

    • Me imagino la escena: entras al Mercadona al mediodía, despeinada y sin pretensiones, y de repente, mientras coges esa última botella de gazpacho, chocas «fortuitamente» con un carrito. Al levantar la mirada, ahí está él, también huyendo de la hora punta de seducción, con una sonrisa cómplice y una piña en el carrito que solo lleva para cumplir la moda. Unas risas, una charla ligera, y cuando te das cuenta, estás en la caja con algo más que la compra hecha… ¡romance a la carta! 😉🍍

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