Mi hija me habló del asunto hace ya unos años. Uno de esos días en que te das cuenta de que los hijos son los primeros en percatarse de lo que, a la larga, también acabará atrapándote. Venía con la tablet en la mano, y me soltó sin preámbulos que estaba siguiendo un blog de un que narraba las vicisitudes de un paisano en una Galicia invadida por zombis. Yo, sinceramente, me quedé igual. El tema de los zombis lo había dejado atrás después de un par de películas que, en su momento, saciaron mi curiosidad: Guerra Mundial Z, Tren a Busan, y esa japonesa, I Am a Hero, películas entretenidas, sí, pero que no me habían dejado con ganas de más. Pensé que el asunto de los zombis estaba ya más muerto que ellos mismos.
La verdad, no me había pasado por la cabeza leer un libro, ni mucho menos una trilogía sobre el tema. Pero ya sabes cómo funciona la curiosidad cuando algo te pica un poco más de la cuenta. Al final entré en el blog, y de a poco me fui metiendo en la historia. Primero como el que mira de reojo, y luego, antes de darme cuenta, ya estaba bien dentro. Lo que comenzó como una recomendación medio casual, terminó siendo una de esas lecturas ligeras que suelo llamar Tinto de Verano, perfectas para cuando el calor aprieta y no tienes muchas ganas de darle vueltas a la cabeza con cosas densas. Y así, casi sin quererlo, terminé devorando los tres libros de Manuel Loureiro: Apocalipsis Z.
La historia, ambientada en Galicia, las Islas Canarias y más allá, me resultó sorprendentemente cercana. No por los zombis, claro está, sino por cómo Loureiro describe el paisaje, las ciudades, las calles vacías de Vigo. Reconocí en su escritura algo que parecía terriblemente posible, y eso fue lo que me enganchó. La trama, que sigue a Manel y a su inseparable gatuco Lúculo -coprotagonista, sin duda-, me pareció tan entretenida como efectiva: un abogado atrapado en su propia pesadilla personal, en medio de una pandemia mundial que convierte a la gente en criaturas rabiosas, extremadamente violentas y con un ansia brutal por hincar el diente al personal. Y mientras el caos se extiende por el mundo, Manel lucha por sobrevivir con el único propósito de llegar a Canarias, donde su hermana le ha prometido refugio.
El viaje de Manel es físico, sí, pero también emocional. Es la típica historia de supervivencia que te hace preguntarte qué harías tú en su lugar, cómo te las apañarías para escapar de una situación así. Y Loureiro consigue mantener la tensión en cada página, haciendo que te importe lo que sucede con este hombre perdido, sin más compañía que un gato que parece estar mejor preparado para el apocalipsis que muchos humanos.
Después de haber leído los tres libros aquel verano, me olvidé un poco del tema. Fue una lectura entretenida, sí, pero tampoco pensé que iría mucho más allá. Hasta que empezaron a llegar las noticias. Primero, pequeños rumores sobre una adaptación a la pantalla, luego, confirmaciones sobre un proyecto en marcha. Y finalmente, la gran noticia: Amazon Prime Video anunciaba el estreno de Apocalipsis Z: El principio del fin el próximo 31 de octubre. Curiosamente, justo en la víspera de Halloween, cuando parece que todo está hecho para asustar, pero nosotros ya llevamos años sobreviviendo a miedos reales.
Ahora, resulta que la historia que en su día solo era un blog, se ha convertido en una superproducción dirigida por Carles Torrens y protagonizada por un elenco que promete dar mucho de qué hablar. El papel de Manel lo interpreta Francisco Ortiz, un actor que ya ha demostrado su valía en series como ¡García! y El Cid. Y no viene solo, claro está. Lo acompañan nombres como Berta Vázquez, conocida por su trabajo en Vis a vis; José María Yazpik, de Narcos; y María Salgueiro, entre otros.
Si hay algo que Manuel Loureiro hace bien, es crear personajes con los que te puedes identificar. Manel no es un héroe de acción, no es un tipo que sepa lo que hace desde el principio. Es un hombre común, perdido, que simplemente trata de sobrevivir. Y eso, creo yo, es lo que hace que su historia funcione tan bien. Al final, todos nos preguntamos qué haríamos si el mundo se viniera abajo de un día para otro. ¿Seríamos capaces de sobrevivir? ¿Tendríamos el valor de seguir adelante, aunque todo pareciera perdido?
Y ahora, esa pregunta que antes solo rondaba mi cabeza cuando leía los libros, toma una nueva forma con esta película. Amazon Prime Video ha apostado fuerte por esta adaptación, lanzándola en más de 240 países y territorios, y parece que tiene todo para convertirse en un éxito mundial. Para los que leímos la trilogía, será un placer ver cómo Manel, Lúculo, y compañía cobran vida en la pantalla. Y para aquellos que no conocen la historia, creo que están a punto de descubrir una de las mejores narrativas de supervivencia y zombis de los últimos años.
Porque, al final, Apocalipsis Z no es solo una historia de zombis. Es una historia sobre el miedo, la pérdida, y lo que estamos dispuestos a hacer para proteger a los que amamos, incluso cuando el mundo parece haber perdido toda esperanza. Es la historia de un hombre que, a pesar de todo, sigue luchando. Y en tiempos como estos, ¿no es eso lo que todos necesitamos ver?
Así que, cuando llegue la noche de Halloween, yo estaré frente a la pantalla, esperando ver cómo todo lo que leí aquel verano se despliega ante mis ojos. Y si algo puedo asegurar es que esta no será una de esas películas de zombis que olvidas al día siguiente. «Apocalipsis Z: El principio del fin» tiene toda la pinta de quedarse con nosotros por un buen tiempo. Y eso, créanme, no es algo que diga a la ligera.
Nos vemos en el apocalipsis.
