
Fue en mayo de 2022 cuando me enteré —con el fastidio de quien descubre tarde un secreto bien guardado— de que Elisa firmaría su última obra justo aquí al lado, en un evento montado con más mimo del que suele verse por estas latitudes: el Krunch!, primer festival de cómic, ilustración y rock & roll celebrado en Alcalá de Henares. Y encima organizado, entre otros, por Alcalá Cómics, esa tienda de referencia a la que acudo de cuando en cuando desde que Elisa me reanimó el vicio de las viñetas, el cual llevaba años en coma inducido por la vida adulta.
Recuerdo bien aquella mañana sofocante —mayo de 2022, casi víspera del infierno estival— en la que volví a ver a Elisa tras años de distancia y pandemias, mascarillas y videollamadas de compromiso. Estábamos en contacto, sí, por cuestiones laborales que nada tenían que ver con bocadillos ni superhéroes, pero faltaba lo esencial: el cara a cara, el “¿cómo estás?” sin auriculares ni retardo. Fue un placer reencontrarnos, aunque también un recordatorio de que me había perdido el inicio de algo grande que estaba creciendo a la vuelta de la esquina.
Pero este año no. Este año voy con todo.
Del 15 al 18 de mayo, Alcalá se convierte en el patio de recreo perfecto para quienes amamos el cómic con pasión de lector viejo y mirada crítica. El festival Krunch! 2025 no es solo un escaparate de autores y novedades, sino una cita cultural con todas las letras, con viñetas y notas de guitarra compartiendo escenario. En el Centro Comercial Quadernillos, y con actividades que se extenderán por otros espacios de la ciudad, se darán cita artistas de primer nivel como Ana Oncina, Borja González, Eduardo Risso, Laura Pérez, Mayte Alvarado o Aneke (sí, la de Catwoman, y autora del cartel de este año).
Para los que piensen que el Krunch! es solo una sucesión de stands con tebeos y algún cosplay mal ventilado, atención: hay conciertos en vivo, exposiciones, talleres para niños —y para adultos que aún no se resignan a serlo—, e incluso un simposio académico de la Universidad de Alcalá, donde se abordarán asuntos tan sabrosos como el humor gráfico durante la Transición o la herencia de El Papus. Porque sí, amigos: aquí se puede hablar del slapstick en el tebeo español sin parecer un pedante. O incluso siéndolo.
Y por si fuera poco, todo es gratis. Entrada libre. Como deberían ser siempre las cosas que alimentan el alma y no solo el algoritmo.

Este año ya tengo las fechas señaladas en rojo. Cual misa de domingo, pero con olor a papel nuevo y tinta fresca. No pienso perderme las charlas, ni las firmas, ni los conciertos. Iré con la mochila medio vacía —para llenarla de cómics, claro— y la mirada atenta, dispuesto a encontrarme con viejos amigos, a descubrir nuevas lecturas y, con suerte, a volver a cruzarme con Elisa, esta vez sin el peso del “cuánto tiempo” ni la urgencia del adiós.
Quizá te vea por allí. O quizá no. Pero si vas, no lo hagas a medias. Llévate tu parte de entusiasmo, tu memoria de lector y tus ganas de disfrutar. Porque el Krunch! 2025 promete. Y ya era hora de volver.
