Uno no elige siempre cómo empieza su historia. A veces te empuja el trabajo, otras la vocación, y muchas simplemente el azar. En mi caso, fue una mezcla de todo. Corría el año 1990 cuando asistí por primera vez a una reunión de Unión Profesional. Aún no peinaba canas, aunque ya cargaba carpetas llenas de papeles con membrete del Colegio de Geólogos. En aquel entonces, todo era más analógico, más denso, más lento… pero igual de apasionante.
Treinta y cinco años después, aquí sigo. Y ellos también. Unión Profesional cumple 45 años. Cuarenta y cinco. Que se dice pronto, pero implica casi medio siglo de esfuerzos, charlas, debates, defensa de las profesiones colegiadas, modernización y, sobre todo, compromiso con el interés general. Porque ese ha sido siempre el norte: servir a la sociedad desde la profesionalidad, la ética y el conocimiento técnico. Un lema que hoy, más que nunca, merece ser reivindicado.
Recuerdo como si fuera ayer aquellas primeras reuniones. En un Madrid donde aún olía a fotocopiadora y café recalentado, las profesiones colegiadas intentaban encontrar una voz común. Arquitectos, médicos, ingenieros, farmacéuticos, abogados, geólogos… cada uno con su acento, con su jerga, con su mirada. Pero todos convencidos de que hacía falta un espacio que uniera, no que separase. Que sumara, no que compitiese. Unión Profesional nació de esa voluntad. Y no ha dejado de trabajar en ella desde entonces.
Mucho ha cambiado desde aquel entonces. Hoy celebramos este aniversario con una nueva imagen, que no es sólo estética: es también símbolo de renovación, de continuidad sin anquilosamiento. El nuevo logo sintetiza esos 45 años con elegancia. Y la nueva web corporativa, más clara, limpia y funcional, confirma que no basta con estar: hay que comunicar, y hacerlo bien. Apostar por la calidad en la forma es también una manera de dignificar el fondo.
Mención especial merece la revista Profesiones, que se adapta a los tiempos ampliando su presencia digital, sin perder el pulso editorial que siempre la ha caracterizado. Su espacio renovado en la web permitirá, estoy seguro, una mejor difusión de artículos y entrevistas que invitan a la reflexión. Porque lo profesional también se piensa, también se escribe, también se comparte.
No quiero olvidar los boletines mensuales, los blogs Visión Profesional y Laboratorio de Profesiones, que mantienen su carácter y su utilidad, ni la reordenación interna de los contenidos por departamentos, tan necesaria para seguir ofreciendo información accesible, rigurosa y bien organizada. Todo esto habla de una entidad viva, que no se conforma con lo hecho, y que busca siempre la forma de hacerlo mejor. Y en estos tiempos, créanme, eso ya es bastante.
Podría detenerme a comentar la campaña de comunicación con motivo de este aniversario —el lema Las profesiones, en favor de la sociedad me parece tan sencillo como acertado— o la celebración prevista en el Senado, donde se rendirá homenaje a Carlos Carnicer, presidente entre 2002 y 2016, cuya defensa de la profesión como garante de derechos fue incansable. Un acto que será, sin duda, emocionante. Justo. Merecido.
Pero permítanme también mirar atrás con cierta nostalgia. En 2009, desde este mismo rincón digital que es mi blog, recogí el fugaz nacimiento del llamado Blog de las Profesiones. Duró poco, como algunas tormentas de verano, pero al menos quedó constancia de aquel intento de acercar el mundo colegial al ciudadano de a pie a través de la palabra. Era otro tiempo, otra internet, otro ritmo. Pero la voluntad era la misma: tender puentes.
Y es que eso es Unión Profesional, en definitiva: un puente. Entre lo técnico y lo ético, entre la vocación y la regulación, entre los profesionales y la sociedad. Un lugar de encuentro que, con sus luces y sus sombras, ha sabido mantenerse fiel a una idea esencial: las profesiones no se entienden sin un compromiso público. No son un mero oficio, sino una forma de contribuir al bien común.
Hoy, desde la experiencia que da el haber compartido este camino durante tres décadas y media, sólo puedo felicitarles. Con afecto, con respeto, y con la convicción de que los próximos años serán igual de necesarios que los pasados. Porque mientras haya problemas que resolver, desafíos que afrontar y derechos que defender, harán falta profesionales. Y harán falta espacios como Unión Profesional para agruparlos, defenderlos y proyectarlos.
Así que enhorabuena, compañeros. Gracias por estos 45 años. Por seguir ahí. Por renovarse. Por no rendirse. Y gracias también por haberme permitido caminar con vosotros buena parte del trayecto.
Feliz aniversario. Y que vengan muchos más.